domingo, 31 de agosto de 2008

Regreso a mi infancia


Había cientos de niñas en la piscina del hotel donde me hospedaba. Hacía un calor almibarado pero era fácil refulgir en Benidorm, así que al bajar a la piscina encontré a esas dulces niñas de las que ahora hablo. Niñas todas iguales pero a la misma vez distintas. Unas llevaban bañadores de flores y otras bikinis de colores vivos, mezcla de fucsia, azul y amarillo. Nadaban y me salpicaban agua. Lo hacían con un espíritu apacible de modo quedo y silencioso. Chapoteaban mientras yo leía a Baudelaire desde una hamaca de la terraza y en ese momento me fijé en ellas. Algunas llevaban manguitos y otras buceaban. Cada una de esas niñas lo hacía con la inocencia propia de la infancia. ¡Adorada infancia! Y yo recordaba también mi infancia ahora añorada. Acaba de salpicarme otra niña y ha empapado esta servilleta de papel sobre la que escribo estos retazos de vida. Servilleta empapada de infancia que me recuerda este sueño de loca niñez. Fue entonces cuando descubrí que yo en otro tiempo fui alguna de esas niñas que ahora me salpicaban interrumpiéndome la lectura. Fui feliz porque aquella interrupción me trasladó años atrás. Fue la contumaz experiencia de estar reviviendo mi infancia. La experiencia de volar a paraísos perdidos a los que nunca podré regresar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito!!!!

Tus palabras y decires en los relatos me conmueven, escribes de lujo...
Enhorabuena Carmen!!!

Anónimo dijo...

Por cierto cómo se firma con identidad . Hay que registrarse??