lunes, 18 de agosto de 2008

Mi viaje solitario





Acompáñame en mi viaje solitario,
No me dejes,
No me dejes más que con tu soledad,
Con la nuestra,
Con la de aquellos que quisieron
sentirse libres,
Que se amaron,
Como nosotros,
Con el albor profundo y a veces lejano,
Cubierto e indeciso, que a trozos,
Estalló en mis ojos.
Que los segundos son eternidades
Si al caer la tarde se va tu sombra,
Y se dibuja la figura incorpórea,
De aquellos párpados perfectos,
De aquellas facciones
Capaces de hacerme tiritar.
Capaces de hacerme llorar como un niño,
Soñar, soñar y soñar,
Dejándome sola y sin tu abrigo,
Con ansias de alcanzar el mar.
El mar que a través de tus ojos,
Como un cristal curvado y fino,
Se dibuja en las estrellas,
Así, siempre así será mi amor.
Así por el afecto que te tengo,
Por el aprecio,
Por todo lo que fue
Y por todo lo que se quedó en el camino,
Lo que se quedó en aquella senda
Que nunca trazamos juntos.
En aquella senda de alegrías y disgustos.
Acompáñame, compañero,
Y dime que algún día,
Bajo un cielo cabizbajo,
Estaremos juntos,
Juntos pero sin tocarnos,
Sin alcanzar el contacto,
Sin saber si tu piel tirita cuando me acerco.
Sola, sin saber si aquella piel se eriza
Cuando alcanza mi presencia,
Sin saber si merezco tu sonrisa,
O simplemente no la merecí nunca.
Decir, vivir, sentir,
Soledades imperfectas y canciones
Que en algún momento nos hicieron latir.
Acompáñame,
No me sigas,
Ni vayas siguiendo mis huellas,
Camina a mi lado, junto a mí,
Con la satisfacción de mirar mis ojos,
Y ver nuevamente,
Que tras ellos hay un profundo deseo de amar.
Un deseo de amar sin amor,
Negando el deseo más profundo,
Amarnos sin tocarnos,
Querernos sin odiarnos,
Soñar con la mirada,
Dejar que me atraviesen tus ojos,
Que se claven en mi retina,
Que enjuguen el llanto sagrado
Que a veces explota.
Vamos a amarnos sin mentir,
A hablar sin decir nada,
A sentirnos vivos,
Sintiendo sin sufrir.
Acompáñame,
No me dejes sino dejándome contigo,
Queriendo volcar el vaso y sus cristales,
Colmar de sentimientos su cubierta,
Volar, volar y volar,
Caer en el abismo más sincero
Que existe y pudo existir jamás.
Déjame contigo, no me dejes sola,
Aprieta mis manos,
Traspásame tu calor,
Enciende mis venas con tu sangre,
Grita mi nombre,
Vuélvete loco,
Deja que se te pare la respiración
En el momento en que me ves,
Quédate sin aliento, y mientras tanto;
Acompáñame.
Acompáñame en mi viaje solitario,
Métete en mi maleta,
Entre mis escritos,
Métete entre las líneas de estos versos,
Porque así yo te sentiré cercano
Aunque eternamente estemos separados.

1 comentario:

escaldo dijo...

¿Vives para escribir, o escribes para vivir?





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EL LADO OSCURO DEL CORAZON
tiene dos partes