martes, 12 de agosto de 2008

Sorbitos de vida y una quinta justa




Es esa sensación. La misma sensación que me alivia y quema cuando me paso toda la tarde escuchando “La Lista de Schindler”. Y piensas en todo lo perdido, en las batallas robadas, en los sueños ya gastados, fusilados, robados en jirones y pesares a la misma luna inquieta que nos vela en esta noche azul. La misma sensación de cuando me dices que me quieres y yo no me lo creo mucho, la misma sensación de cuando todo es perfecto sólo para mí, y todo se resume a un arco iris sin tregua que no acaba. La misma sensación de un pájaro sobre nuestros estómagos, a la sangre coagulada o a las gotas de lluvia recién caídas. La misma sensación que siento ahora, la misma que me haces sentir a cada instante, como si el mundo fuese un lugar oscuro y frío y nosotros dos almas pintadas con ceras de colores. La misma sensación que sentí cuando acaricié por vez primera una pluma, o hundí mis manos en un saco de garbanzos, o te acaricié despacio, bajo mil estrellas fucsia y esmeralda. La misma sensación de cuando el cielo no era de nadie, ni siquiera nuestro y temblabas con un sudor frío, y todo se parecía a la mágica armonía que forma un acorde perfecto mayor, y me besabas mientras mirábamos la mágica unión de una tercera mayor y una quinta justa o la vela de un barco erguida por los azotes de un viento cierzo, o el sonido de un violín ronco, melancólico, con una “tristitia” existencial. La misma sensación de cuando fluye cada nota en el piano, de cuando te escribo estas tonterías que me irradian vida, que me ponen alas, que me aguardan sueños y realidades. Fantasías robadas a un crepúsculo de niebla. La misma sensación que tiene una princesa cautiva, exhalando la última gota de aliento, el último sorbo de vida. Todo se resume a eso. A esa misma sensación. Conseguir almacenar pequeños sorbitos de vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por deleitarme con esos sorbitos de vida y una quinta justa. Nunca olvides que "La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofia."
Mira que lo dijo uno grande.


Saludos Ariadna