domingo, 31 de agosto de 2008

Féretro de Agosto



Cuando ves perderse la última tarde de Agosto, el alma queda emponzoñada. Es como si fuese el último día de todos los días, como si en el limbo del corazón del hombre no quedase sino el recuerdo de todo lo anterior y de esta postrera hora. Entonces sientes que has tirado tu existencia a la basura y una gran mácula de polvo perla la eterna palestra de un erario vulnerado. Es como si quisieras abrazar a Horacio y venerar su tópico del “tempus fugit”. Como si sólo el poeta latino pudiese salvarte y tu vida lacónica sufriese un esplín y desde esta penuria de existencia una subversiva sensación de embozada anestesiara tanta perspicacia enjuta robada al estigio. Como si detrás no hubiese nada y atisbaras un abismo de insondable soledad. ES como si una protuberancia te persiguiera. Como si con zapatos ajados avanzase tras de ti para contarte que este es el último día en la tierra y sientes que ya no hay tiempo para nada, que el silencio es una preciosa forma de la eternidad a la que no estamos llamados. Como si todo el aire del mundo no bastase para salvar el hastío que aguarda el alma de un niño. Y no es suficiente conformarse con haber vivido y así recuerdas al caballero Bonald, y es que no somos más que eso: “El tiempo que nos queda”

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ufff... agosto se ha acabado si, pero bueno, ahora entra septiembre, pese a los exam, espero que sea un mes guay.

Y si, el tiempo es oro como dicen por ahi, somos el tiempo que nos queda, asi que hay que aprovecharlo jeje

Muy bonito tu relato.

Besitos y a ver mi exam mañanaaaa, espero aprobar xq si no...

Anónimo dijo...

Siempre hay féretros en Agosto. Siempre todos los meses hay un nuevo féretro en nuestras vidas.
Buena contemplación la de Horacio.

Un saludo Ariadna

Anónimo dijo...

Eres increible, nunca he encontrado a nadie tan joven que escriba tan bien como tú.

Animo y adelante, llegarás lejos Ariadna...

L.G. dijo...

Agosto, el mes esperado. El mes añorado. Un placer leerte, siempre.