domingo, 16 de noviembre de 2008

Besos de barro









Nace la poesía como el barro de mis ojos inconformes,
Pasa el invierno,
El otoño se abre paso,
Trazando una escultura de acero en los chopos.
Hace frío y llueve en el alma,
Y tus ojos grises se clavan de nuevo
En mi máquina de ruido
Porque queda muy grande llamarla corazón.
Raíces que estercolan esta senda efímera,
Augurio de un tiempo remotísimo,
Y es tan antaño este deseo
Que ni siquiera recuerdo el sabor del último beso.
Labios agrietados, llagas inmortales,
Sabor a ron, olor a humo barato
Besos y besos en un instante sin tiempo
¡Cuánto te quise!

Vuelve a la memoria, como una idea fugaz
El momento en que me tomaste en tus brazos
El cielo se cerró y dio un portazo helado,
Aquella noche cayeron mil estrellas,
Aquella noche te amé, y fuiste poesía
Y yo fui poeta,
Poeta incompleta que escribe a tus besos de barro.

Me fundí entre sábanas, me quemé en tu fuego
Amé tus ojos, inconformes como los míos,
Tu boca inquieta, tu cuerpo tibio,
Y hasta tus lágrimas furiosas.
La nostalgia nos condujo hasta aquel callejón
Y me dormí en tus brazos,
Como una niña ante lo desconocido.
Sentía como el tiempo quería anestesiar
Poco a poco cada uno de nuestros besos.
Nadie podía degollar nuestra vida,
Asesinar nuestros sueños.
Estábamos juntos, viendo caer la lluvia por el cristal,
Te amé bajo aquel diluvio como un ángel herido
No era más que cenizas en las sombras del anochecer
Solos tú y yo, cómplices de aquel amor adolescente
Sellado en el tiempo con besos de barro.

1 comentario:

g. dijo...

Me gusto mucho esto escrito... Mucho mucho.

Saludos.