miércoles, 20 de mayo de 2009

Nos quedará la poesía. (Mario Benedetti).


Conocí a Benedetti por pura casualidad. Fue como instante, como una milésima de segundo justo cuando pude estrechar su nombre entre mis brazos. Justo cuando algún día y no sé porqué razón me hablaron de él. Creo que fue mi profesora de literatura, Victoria. Pero no estoy muy segura porque sólo se me quedó grabado su nombre: Benedetti. Desde entonces me interesé por él, del mismo modo que me intereso por todas aquellas palabras, o nombres de escritores, de lugares o de cosas que llegan hasta mis oídos. La cuestión es que desde que lo conocí amé su poesía. La amé porque en ella conseguía resguardar todos mis miedos y volar muy alto. La amé porque sus versos nostálgicos me embriagaban del vino de la virtud que me contagió Baudelaire. Y lo amé sobre todo porque con él pude descubrir que nada en esta vida es trascendente:


Que nada tiene tanta importancia como nosotros le damos.
Que cualquier instante puede ser más que un instante.
Que no está prohibido enamorarse, ni llorar, ni reír.
Que el tiempo es sabio y nos ubica a cada uno.
Que el corazón no siempre es corazón coraza.
Que táctica y estrategia son sutilmente distintas.
Que todo lo que hiere, cicatriza.
Que la poesía cuanto más hiere, más cicatriza.


Algo análogo me sucedió a mí cuando me encontré inmersa y de súbito en sus versos. No podía explicarlo pero había caído presa. Sentí entonces una sensación que me dolía mucho, que casi me asfixiaba, pero que a la vez servía de bálsamo, porque cada una de sus líneas me contagiaba nuevamente de ese amor infinito que siento por la poesía.
Benedetti decía en su poema "No te salves" una de las frases que más me conmueven de su poesía: "No te quedes conmigo". No quería que nos quedásemos con los labios secos y marchitos en el tiempo. No quería que permaneciéramos inmóviles, que nos quedáramos parados siempre al borde del camino, sin trayectoria. No quería que quisiéramos con desgana. No quería todo éso porque amaba las cosas sublimes. Ahora que no está sólo podemos quedarnos con él, profanar ese "no te quedes conmigo" y quedarnos con él para siempre. Quedarnos con sus versos, con su infinito amor, con toda su alma.
Pues Mario Benedetti, el poeta, el gran poeta que llegó -no me acuerdo cómo, ni tampoco cuando- a mi vida se ha marchado y para siempre. Se ha marchado como acaba todo lo finito. Pero una gran parte de él quedará para siempre. Porque sólo muere lo que se olvida, porque nada muere si nosotros realmente queremos recordarlo.


Nos quedará su poesía.

Siempre.



Corazón coraza
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

7 comentarios:

lichazul dijo...

sin duda , él traspasó ese hilo generacional y social que nos ha dividido por much tiempo...su palabra será heredad fructífera

hermoso homenaje
palabras certeras a quien hoy su figura el cielo ha reclamado:=)

un abracito de sol

Ligia dijo...

Nos quedará su poesía, afortunadamente. Son especiales todos sus poemas y en sus letras encontramos algo que nos hace pensar. Abrazos

aapayés dijo...

El MAESTRO. bello homenaje..

un gusto leerte
te dejo mis saludos fraternos
un abrazo inmenso
he enlazados tus dos blog al mio de poemas..


un placer visitarte

besos

Nikaperucita dijo...

Hey!
Que bonito todo lo suyo, si señora :)
¿Tovas el violochenlo o solo disfrutas escuchándolo? Ains, yo nunca he sabido como hacer que suenen mas de dos notas seguidas de nada, q envidia.

Un besazo!!

F. A. dijo...

La diferencia entre literatura de mercadillo y buena literatura, es que la primera es tal y como se estudia en los institutos: Hay un emisor, un medio y un receptor. Tal cual.

En la buena literatura, el receptor toma parte activa del escrito. No sólo lee: Interpreta.

Jugar con lo básico, con lo reinterpretable, es una provocación en toda regla.

Srta. Nostalgia dijo...

Qué grande fue, es y será Mario Benedetti, qué grande.

Anónimo dijo...

Bellos poemas los de Benedetti y bella reflexión la tuya.
Eres una gran escritora!!!