miércoles, 8 de octubre de 2008

Relojes de tristeza








(Tic-tac, tic-tac, tic-tac)


“No me apetece” –dicen- . En realidad a nadie le apetece estar como un tonto delante de la pantalla del ordenador leyendo las chorradas que otros escriben en su miserable blog. A nadie le apetece y lo entiendo. Entiendo que es mucho más cómodo estar en una terraza de verano bebiendo jarras de sangría con martini bianco o simplemente sin hacer nada. Sin hacer nada de nada. Ahora se lleva alcanzar la locura a ponchazos –y no me seas carca, ¿eh, tronco?- Lo entiendo pero no lo comprendo y en realidad ni me duele ni me quema que sea así. Es una mezcla de indiferencia y resignación. ¿Acaso todo es resignarse? ¿Quién inventó esa palabra? ¿Por qué todo va al revés? ¿O acaso soy yo la que no miro de frente la realidad, y vago entre titubeos, entre espectros, entre sombras? Precisamente hace unas semanas, haciendo zapping –otra preciosísima palabra de nuestros amigos los americanos- coincidí con un programa en el que estaban presentando un libro “La suite de Manolete” o algo así se titulaba, y hablaban de todo esto. De la dificultad que presenta cualquier actividad realizada hoy día. Hablaban también de la complejidad de ser escritor hoy día, porque parece que ya está todo escrito en el mundo y que no hace falta que un tonto fanfarrón te cuente historias inventadas que ya no vienen a cuento. Era una crítica fantástica sobre la descerebrada sociedad de la postmodernidad. La poesía está infravalorada, parece que absolutamente todo está dicho. Si escribes ceñido a unos parámetros métricos y literarios, estás plagiando a los Renacentistas del siglo XV, con lo cual esa sórdida escritura no acontece ningún mérito, ni propio ni tan siquiera ajeno. ¿Qué le vas a contar tú a Juan de Mena que él no sepa? ¡Já, qué irónico!. Pues “tururú”. Todo implica calco, volver a reiterar lo establecido. Supone remontarte más de cinco siglos atrás para volver a re-escribir algo que ya estaba más que dicho. Por el contrario, si te decides por escribir verso libre, sin ningún tipo de rima, también resulta que estás copiando –más que copiando, imitando- a Cernuda y a otros maestros del verso libre. La temática es amplia, pero a la vez está muy ceñida por todos estos factores que envuelven el mundo catártico de las letras.



(Tic-tac, tic-tac y una voz en susurros: "Corre, se acaba tu tiempo)



Sin duda el siglo XXI es un siglo de plena catarsis, cuya caótica actividad no deja sino para decir y afirmar: “Jo tía que guay” o “Acho, nena, ¿no te quedan pitos?” Y es mucho más sencillo llorar de aburrimiento, o divertirse viendo Gran Hermano 10 – que no es más que una copia del personaje creado por Orwell en su novela 1984- el ojo que lo vigila y lo manipula todo. Porque todo ha perdido el sentido privado que se le otorgó en otro tiempo. Todo es público y da pena ver como los famosos se vanaglorian exponiendo su vida. Vida que está al alcance de todos, en la mano de todos, absolutamente de todos.

Otro aspecto crudelísimo de la literatura, es que sin duda supone sacrificar tu propia vida, tu propio tiempo y tus propias horas, dejando todas tus apetencias a personas inventadas que ni tan siquiera existen y que nunca –a objeción de la masa- podrán cobrar vida ni ser considerados más que como tales “personajes de ficción”. Ya que según escuché el otro día en boca de una bien sabida, “el escritor cuando crea personajes en sus novelas, se va matando a sí mismo”. Llegará el día en que los profesores estén obligados a decir en las clases a sus alumnos: “Nenes, Tate, ¡No leer! ¡No coger un libro! ¡Ni se os ocurra leer! Y todo será más feliz sin letras, todo resumido, asumido y consumido al conocimiento de lo mínimo. (2x2=4 , 3x3=9)

¿Y 3x4? ¿Eran doce? ¿Catorce? ¿Tal vez dieciséis?

¿Qué estamos haciendo? Creando destrucción, autodestrucción física y mental. Resulta irónicamente trágico comprobar como es en este mundo postmoderno cuando el ser humano tiene más posibilidades para formarse, para aprender, para tener una vida digna; y sin embargo no es capaz de aprovecharlas. El hombre del XXI vive tirando piedras sobre un lago seco, sobre un lago triste, sobre un lago pobre. No hay restos de aquellas aguas diáfanas que reflejaron en otro tiempo, su cuerpo, su espíritu y su alma.

Sin embargo, yo lucho por lograr que no me maten el amor, las ganas, las ansias, la vida. No puedo permitir que extirpen el saber, el sentido, el criterio propio.

Ahí está el verdadero sentido ignoto de la existencia. La mayor virtud que ofrece esta vida, es poder elegir qué hacer con nuestra existencia, con nuestro tiempo. Unos decidirán seguir al resto, no separarse del rebaño, no perder la posta marcada por aquellos que le acompañan, que le guían; pero que –para desgracia de muchos- sólo unos pocos lograrán, tras sendas de incesante búsqueda hallar el verdadero y único sentido de la existencia. ¿Qué nos queda esperar? ¿Qué tiempo es éste que vivimos o que nos vive? ¿Cuándo acabará este periodo de letargo? ¿Quién revistió de sombras los albores del otoño? ¿Hasta cuando ésto y porqué? ¿Qué nos queda sino nosotros mismos? ¿Por qué somos y quién nos hace ser? ¿Acaso se acabó el tiempo de las almas? ¿Por qué somos grandes ángeles en un mundo pequeño? ¿Acaso jamás extenderemos nuestras alas? ¿Nunca nos atreveremos a volar? ¿Seremos tan cobardes como para seguir replegados sobre nosotros mismos? ¿Somos seres invadiendo el tic-tac de relojes de tristeza? ¿Por qué cada día vamos muriendo un poco más? Sigo buscando, buscando, para no morir más, para no morir cada día un poco más.



13 comentarios:

Anónimo dijo...

niña, sin duda, este es un texto que marca un antes y un despues en tu blog.
me alegro tanto tantisimo que haya gente que se pare a reflexionar sobre estos temas que no lo sabes cuanto.
es que no tengo que decirte nada, porque lo has dicho tu todo en esta entrada y estoy plenamente de acuerdo con lo que pones.

solo decirte, es inevitable ir muriendo un poco a cada segundo que pasa. Yo nunca llevo reloj en la muñeca. Sé que el tiempo pasa y aunque suene paradójico en madrid me estoy desinfectando de todo, y eso que pensaba que en zamora ya estaba "ausente del mundo del siglo 21". Venir a Madrid me está proporcionando pasar mis segundos de la mejor manera posible, en soledad la mayoría de las veces y abstrayéndome de todo lo que me rodea, sumergiéndome en los libros que estoy descubriendo o en cualquier pequeño detalle que me da inspiración.

No hace falta para "desconectar" irse lejos, a la montaña por ejemplo y respirar aire puro. También puedes estar en la linea 6 dando vueltas y zambullirte en tus reflexiones y filosofía de vida, que por lo que veo, no tiene nada que ver con la mayoría de la gente, no te agobies, es cuestion de saber que no todo el mundo se queda pegado a la caja tonta. Tabién hay gente como tu.

Besotes!

dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Habitarás mi ocaso dijo...

Muy interesante tu opinión en el texto. Y en contraste con la seriedad me causó mucha gracia lo de "tururu".

Ya te agregue a mis links!

Si no lo leíste, te recomiendo leer La casa de Asterión de Jorge Luis Borges.

"- Lo creerás Ariadna? - dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió."

Besos

Dr. Psyche dijo...

Guau... Si encontrás eso que buscás avisame porque yo busco exactamente lo mismo... Es cierto que la sociedad está en constante retroceso... Pero creo que es la forma de vida que nos otorgaron desde arriba, es decir... A un líder que quiere gobernar, le conviene tener un rebaño de tontos, sin posibilidad de revelarse... Supongo que ésa puede ser una de las razones... Pero creo que mientras haya gente como nosotros, "no todo está perdido"... Y creéme, aunque a veces no parezca, somos legiones... Un beso grande, me encantó lo que escribiste...
Nôli me vocâre, ego te vocâbo...

Santiago Maisonnave dijo...

"El hombre del XXI vive tirando piedras sobre un lago seco, sobre un lago triste, sobre un lago pobre...". Me gusta mucho esta imagen, y me gusta, también, tu blog.
Saludos.

Alberto López Cordero dijo...

La arena de los relojes hizo crecer el desierto...

morilandia dijo...

veo que has entrado en el blog de drea, no dejes de visitarlo a menudo, es un blog muy bueno.

Juanjo dijo...

Tus dudas, tus interrogantes, no deben morir jamás. No dejes de cuestionarlo todo, de hacerte preguntas, es el secreto de la eternidad, es la victoria sobre el tiempo. Un beso.

Anónimo dijo...

Si no hubiera parques
no sabría venir la primavera
si no hubiera libros
los niños los inventarían.
Aquí tienes un parque
y un libro,
un parque de papel
está lleno de plantas,
de música,
de niños y de poemas.
Si lo lees y lo guardas
debajo de tu almohada
tus sueños se poblarán de flores
y tus manos de pájaros.

Encontré este poema en clase y pensé que te gustaría.Me gusta mucho el texto "Relojes de tristeza"
No dejas de sorprenderme gratamente, ni yo misma sería capaz de escribir algo así a pesar de mis años de experiencia.

Estoy segura que de no haber existido los libros tú misma los hubieses inventado como dice el poema
¡Ojalá tus sueños se pueblen de flores y tus manos de pájaros!

Un abrazo, Salvadora

edetre dijo...

Hola! Gracias por tu comentario, me he pasado por tu blog y me ha gustado mucho. Te agrego a mi lista y te seguiré leyendo.
Un saludo.

dijo...

Realmente me enganché mucho leyéndote.
También estoy leyendo un libro sobre este fenómeno de los blogs, y de la comunicación de esta manera, y si los que tenemos uno somos enfermos o no, que si tenemos el ego muy alto, que si nos consideramos escritores, en fin, el libro está bueno, pero yo pienso distinto.
El tic tac del reloj no para jamás, y prefiero muchas veces pasar mi tiempo leyendo y escribiendo, y encontrándome aunque sea virtualmente con gente con cabeza y valores, como vos, por ejemplo.
Un beso enorme

toñi dijo...

Para mi mi blog ha sido una liberación de cosas ocultas que llevaba escondidas en el alma y me siento bien escribiendo lo que me apetece y leyendo lo que quiero. si me lo permites volveré. Un beso

ALA_STRANGE dijo...

resiganrse, nunca

sosmo como el salmon, nadamos contra la corriente