viernes, 3 de octubre de 2008

Palabras de otro cielo




Se acabaron las madrugadas,
los deseos,
las promesas,
las estrellas
y los sueños.
Llegó el tiempo de letargo y no hay
vuelta atrás
y aunque no es el último día
en esta maravillosa tierra
ya no habrá nada de lo anterior,
es la profecía cumplida.
Gira este sueño blanco en perfecta
veleta de grises lamentos y recuerda
y olvida –cual Leteo cruza la otra orilla
en raudo deseo- porque… ¿ahora qué?
Pues ahora todo,
todo lo que se negó a darnos el tiempo anterior,
los deseos,
las promesas,
las estrellas
y los sueños.
Y si amar es renunciar a lo que queremos,
vivir es aceptar, que jamás
ni tú,
ni yo,
y siempre fue como encerrar todo el aire del mundo
en cámaras de gas en el vacío
sabes que no era la hora ni el tiempo
ni el minuto, ni el segundo
porque no era aunque fue
(quisimos ser y nos devastaron los sueños)
que nunca estuvo escrito,
que el rayo se apagó y ahora
vivir en los pronombres no es alegría tan alta,
sino vestigio pasado,
mientras aprendo el color de la nostalgia
y saboreo la luz incandescente de las hojas
de otoño, y su chasquido al pisarlas
mientras tú ya no vas de mi mano, sino impreso
en la memoria de lo que fue sin quererlo,
como no quieren dos lágrimas
encontrarse
y refulgen en el sudor de lo profano donde nada tiene esencia
porque tú te la llevaste
lejos quizá, fatigas y azogues
que como viejos espectros,
son nuestro total siempre en cero
siempre sin madrugadas siempre
con las noches de nunca
con los amaneceres de nunca
que aunque nunca fue tarde
nunca hubo lugar para nosotros.
Me lo decía la lluvia cuando yo
miraba al cielo,
me lo decía tu voz, cuando miraba tus labios
y tus ojos, y tus manos,
también me lo decían,
Que era como pedirle frutos
“A un olmo viejo henchido por el rayo
Y en su mitad podrido”
Y ahora –el ahora vertiginoso del día a día-
rompe en llanto entretejido el cielo.
No hay más cielo.
No es el cielo de siempre, ese azul que mirábamos
juntos mientras me decías que
Ariadna no nació sino para Teseo.
(Quisimos ser y nos devastaron los sueños)
Esas palabras, tus palabras,
ahora quedan lejos, y desde ese abismo blanco
soy capaz de atisbar lo que fuimos
y que nadie se empeñe en negarlo
pues eres, más allá, a lo lejos, todo el mundo
que queda presente tras el crepúsculo.
Nadie puede, ni podrá
Son palabras de ausencia,
Palabras que advienen de otro cielo.


(Contar las estrellas no era suficiente,
no pudimos con el cielo y ahora,
piensa en todas las flores de plástico del mundo
y dime.... ¿Fue tan dificil? Creo que no.)

6 comentarios:

Eric dijo...

Tan bello, como a la vez triste y melancólico.
Siempre lo mejor está por venir.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Siempre te recomiendo canciones de Manolo García, pero escucha ésta, que es realmente preciosa:
http://www.youtube.com/watch?v=zBOMNkHzLA0

"Y si llueve saldremos a la lluvia
a vaciar el semillero de sonrisas y a esperar cosecha.
[...]
El viento te traerá nuevos encuentros,
amores nuevos y una vida dulce..."

Anónimo dijo...

Precioso poema. Pero niña porqué eres tan pesimista?, creo que te queda mucho ...eres muy joven, pasa del tipo ese que eres muy guapa e inteligente y tendrás otras muchas oportunidades de enamorarte. Vales una millonada y lo sabes. Haz el favor de valorarte que estás mal por alguien que encima no te merece.

Animo!! Besos

Juanjo dijo...

Quizás lo bueno de las estrellas es que nunca puedes contarlas todas, por lo que siempre acabas por empezar de nuevo. Suerte, ánimo, mira hacia delante, pero guarda también dentro de ti todos esos profundos pensamientos. Él es afortunado por haberlos recibido de ti, tú lo eres más por haber sido capaz de sentirlos. Un beso.

AliaS dijo...

el mar ha quedado atrás luego de tanto naufragio. y me qedé despues de tanto nado a mirar tus estrellas...

esa canción sonando mientras te leo una y otra vez...
http://www.goear.com/listen.php?v=e0ef1a4

sombríamente hermosa
como la noche a mis espaldas

Aira dijo...

Precioso, me has cautivado.

Mil besos!